María Sande nos ofrece una perspectiva interesante de los cambios que se están produciendo en el sector de las ONG en España. Impecable la reflexión de que:
"a las ONG, en cierto modo, nos ocurrió lo mismo que a una gran parte de la población que ahora despierta, y durante un tiempo nos convertimos es una especie de clase media acomodada. Hoy, al despertar en la cruda realidad, nos percatamos de que seguimos siendo clase trabajadora. Que seguimos siendo l@s de abajo, el 99%, y que desde ahí tenemos que seguir luchando".
Pero algunas ONG no se hundieron nunca del todo en el síndrome del "técnico de proyectos" y continuaron trabajando en la línea en la que se originaron, es decir, como cristalización de la lucha internacionalista, por el 0,7 y contra la deuda ilegitima de los 80-90. En este sentido pienso que las ONG, o al menos una parte de ellas (las que encuentro más interesantes, por otro lado, y que tienden a ser pequeñitas, salvo excepciones) sí son un
movimiento. Siguieron funcionando como
espacio de participación política de sus miembros y simpatizantes durante todo el periodo de bonanza y entonces, como ahora, se articularon alrededor de los tres ejes básicos de trabajo de una ONG;
del monitoreo de lo que hacen multinacionales y gobiernos, de la denúncia de las vulneraciones de derechos en las que estos puedan incurrir y de la propuesta de alternativas.
Es importante que las ONG no se situen sólo puntualmente del lado del "99%" para luego continuar trabajando sólo como gestores de proyectos de cooperación para el desarrollo en el sur geopolítico (muchas veces como subcontratas de la Administración), formulando y justificando los escasos fondos aún disponibles a través de un pequeño equipo de técnicos absortos en excels y words de toda índole.
Las ONG $NoSomosAsí.
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