Dos factores, el comportamiento del consumidor final en los países enriquecidos y las carencias en infraestructuras en los países empobrecidos, tienen como consecuencia que cerca de la mitad de la comida producida en el mundo acabe en la basura o se pierda.
Le Monde nos lo explica mediante un artículo sobre el interesante informe
Global Food ; Waste Not, Want Not elaborado por "Institution of Mechanical Engineers (IME)", una entidad británica.
Es interesante constatar hasta que punto es un hecho objetivo que el hambre en el mundo no es un problema de falta de recursos sino una creación humana artificial producto de modelos organizativos y/o redistributivos inadecuados.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada