Sobran los comentarios. Según
este artículo de Jordi Guillot España habría liderado de forma indiscutible el pequeño grupo de países de la OCDE que han efectuado recortes en cooperación para el desarrollo, contabilizando más del 70% del total de recortes llevados a cabo por los países miembros de esta organización durante el trienio 2009-2011. Y eso que 2012 fue también una anualidad de amplios recortes en la materia... (veremos cuando salgan las estadísticas para ese año).
A nivel político esto quiere decir, ni más ni menos, que
en ningún otro país europeo se ha optado como en España por volcar el peso de la crisis en los más vulnerables. Sólo queda que la ciudadanía tomemos nota de que la opción tomada por el país de pasar la factura a los más vulnerables, ya sean estos habitantes del tercer mundo beneficiarios de proyectos de cooperación para el desarrollo, pensionistas estafados por preferentes en cualquier rincón de España o trabajadores y parados desahuciados después de endeudarse de por vida durante una burbuja inmobiliaria fomentada desde el poder, no es una solución generalizada a la crisis adoptada por consenso entre los distintos países. No se ha tratado de una fatalidad, ni tan siquiera de una imposición exterior en forma de mandato del FMI, del BM o del primo de zumosol. El grito de guerra de nuestra clase política ha sido en todo momento "Ningún banco puede caer, no importa el coste" y esto se ha llevado a cabo sin mirar el precio. Ha sido una elección propia, autóctona y a conciencia. Los resultados están ahí y quienes han tomado las decisiones tendrán que responsabilizarse de ellas, sean del color político que sean.
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